Hola mundo,
Se dice así, ¿no? Ese es el argot utilizado por los informáticos en este tipo de ocasiones. Al menos eso es lo que nuestro profesor de DPTIC, Antonio Ten, nos ha dicho. Ya véis, amigos, que me embarco en esta pequeña aventura de comunicación sin tener demasiada idea de por dónde nos llevará el futuro, a mí y a este, mi humilde rincón. Tengo pensado que sea un rincón para compartir con todos los que queráis. Intentaré no aburriros demasiado. ¡¡¡Tranquilos!!! Ya sé que mis amigos más cercanos estáis pensando que este blog será un monotema sobre Sabina, sobre medicina, sobre el partido de los domingos o sobre el tabalet. No, no, lo único que quiero es acercame un poco más a vosotros y que vosotros os acerquéis a mí. Tachad, corregidme, burlaros, mejorad este rincón sin dejar un pero en el tintero. Espero vuestros comentarios con afán. Tampoco quiero que penséis que esto va a ser un recital de sonetos, aunque muchos de vosotros conocéis mi afición, lo que menos me gustaría es cansaros, y que echéis a volar por otro rincón más glamuroso, que doy por seguro que existe. Además, ya sabéis ese dicho: "Un verso es una bala sin destino que pocos cantan y que nadie lee". Para los amiguetes de la facultad, también estáis invitados a pasar aquí dentro. No sé si el café estará a gusto de todos, pero se os ofrece con buena voluntad. No faltarán partes dedicadas a vosotros. Es más, uno de los aspectos que se aprende en DPTIC es que estos blog son muy buen vehículo para la comunicación científica, por lo tanto debemos compartir conocimientos, dudas, y todo aquello que esté en nuestra mano para ayudarnos.
Poco más que decir en esta presentación de mi humilde rincón, me gustaría que este camino que inicio sea largo y gratificante. Espero que aquí encontréis sorpresas, que os dejéis caer cuando estéis cansados de estudiar, del messenger o de ver vuestras fotos, intentaré que en este blog, dos y dos sumen todo menos cuatro.
Ah!! Os pongo una foto de la que me gustaría que fuera la vista que se observa desde una ventana de mi humilde rincón.
Se dice así, ¿no? Ese es el argot utilizado por los informáticos en este tipo de ocasiones. Al menos eso es lo que nuestro profesor de DPTIC, Antonio Ten, nos ha dicho. Ya véis, amigos, que me embarco en esta pequeña aventura de comunicación sin tener demasiada idea de por dónde nos llevará el futuro, a mí y a este, mi humilde rincón. Tengo pensado que sea un rincón para compartir con todos los que queráis. Intentaré no aburriros demasiado. ¡¡¡Tranquilos!!! Ya sé que mis amigos más cercanos estáis pensando que este blog será un monotema sobre Sabina, sobre medicina, sobre el partido de los domingos o sobre el tabalet. No, no, lo único que quiero es acercame un poco más a vosotros y que vosotros os acerquéis a mí. Tachad, corregidme, burlaros, mejorad este rincón sin dejar un pero en el tintero. Espero vuestros comentarios con afán. Tampoco quiero que penséis que esto va a ser un recital de sonetos, aunque muchos de vosotros conocéis mi afición, lo que menos me gustaría es cansaros, y que echéis a volar por otro rincón más glamuroso, que doy por seguro que existe. Además, ya sabéis ese dicho: "Un verso es una bala sin destino que pocos cantan y que nadie lee". Para los amiguetes de la facultad, también estáis invitados a pasar aquí dentro. No sé si el café estará a gusto de todos, pero se os ofrece con buena voluntad. No faltarán partes dedicadas a vosotros. Es más, uno de los aspectos que se aprende en DPTIC es que estos blog son muy buen vehículo para la comunicación científica, por lo tanto debemos compartir conocimientos, dudas, y todo aquello que esté en nuestra mano para ayudarnos.
Poco más que decir en esta presentación de mi humilde rincón, me gustaría que este camino que inicio sea largo y gratificante. Espero que aquí encontréis sorpresas, que os dejéis caer cuando estéis cansados de estudiar, del messenger o de ver vuestras fotos, intentaré que en este blog, dos y dos sumen todo menos cuatro.
Ah!! Os pongo una foto de la que me gustaría que fuera la vista que se observa desde una ventana de mi humilde rincón.